Sacrifican a Excálibur, el perro de la enfermera infectada con ébola en España

El virus del ébola tiene una tasa de mortalidad de 90% en humanos. Desde inicios de este año, se produjo un brote en África que tuvo un total de 112 infectados (confirmados y no confirmados) de los cuales 70 fallecieron. En el mes de agosto, el virus estaba en Liberia, donde se llevó la vida de 355 personas, y así siguió expandiéndose dentro del continente.

Sin embargo, la alarma se  activó con mayor fuerza cuando se encontró un caso en Estados Unidos el 30 de septiembre, en un hombre que había viajado a Liberia y al volver a su país, ya tenía la enfermedad, y otro caso en España, a Teresa Romero, una auxiliar de enfermería que trató a un sacerdote misionero con el virus y se contagió a finales de septiembre.

Teresa vivía con su marido Javier Limón y su perro Excálibur. Ambos estaban en cuarentena, ya que no se sabe si podrían tener el virus. Sin embargo, un gran debate se ha producido en torno al perro, ya que la Consejería de Sanidad dijo que la mascota debía ser sacrificada para evitar cualquier riesgo de contagio, decisión a la cual Javier Limón se negó rotundamente y ha tenido gran apoyo a nivel mundial.

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Si bien el argumento de la Consejería de Sanidad de evitar la propagación del virus es válido, ya que una investigación realizada entre 2001 y 2002 en Gabón, durante un brote de la enfermedad, se demostró que los perros pueden contagiarse y ser asintomáticos, es decir, que no presentan síntomas visibles del ébola.

Sin embargo, no se sabe de forma certera la razón del contagio en perros, que podría ser por estar cerca de un humano contagiado, aunque este riesgo es más bien bajo y es más probable que sea por estar cerca de cadáveres infectados y comer animales muertos que tuvieron el virus.

Ahora bien, si Excálibur efectivamente tuviese la enfermedad, sería por contacto directo con su dueña, por lo que podría ayudar a entender mejor cómo se produce el contagio. Se podría seguir su evolución a través de parámetros biológicos, virológicos, serológicos, etc. Podría haber sido una pieza clave para entender la propagación del ébola entre humanos y animales.

Pero claro, al parecer es más sencillo matar un perro que preocuparse e investigar las razones de su contagio para así poder ayudar al resto del mundo. Al momento de estar escribiendo este post, mataron a Excálibur y lo llevaron a incinerar. Así de fácil. Así de rápido. Sin siquiera asegurar que el can estaba enfermo. Y esto ocurre solo el en España, porque en África nadie se preocupó de que los animales pudiesen ser contagiados o portadores de la enfermedad, siendo que hubo cientos de muertos. En fin, así es el mundo en que vivimos.