En un pequeño esfuerzo por frenar el tráfico de especies, el Gobierno chino ha suspendido la importación de piezas talladas de marfil por un año. Esta acción se califica como el primer paso para acabar con la sed de la clase alta de aquel país, que ve al marfil como un símbolo de estatus y poder — ¿o, en realidad, empeorará todo?
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Mientras algunos aplauden esta ley, organizaciones aseguran que no hará mucho por resolver el verdadero problema: la muerte de miles de elefantes a manos de grupos criminales, situación que pone a la especie en grave peligro de extinción — más cuando la tendencia indica que asesinan más ejemplares de los que nacen.
Conociendo la situación del fondo, la relación entre el tráfico de marfil y el terrorismo, los gobiernos de China y África tienen en sus manos un gran conflicto que resolver, considerando que el 70% del marfil ilegal termina en tierras chinas y que el dinero financia a conflictos armados — comparando en este punto al marfil con los diamantes de sangre.
La existencia de un comercio legal de marfil en China permite disfrazar el comercio ilegal, para ingresar estas piezas al país. Hasta existe una estrategia concreta para ello: desde el país oriental algunas empresas contratan a empleados africanos, con el propósito de ingresar piezas. Ahora esto será imposible.
Es importante porque esto representa un reconocimiento de China como parte del problema, y por la importancia de la eliminación gradual de mercados legales del marfil. —Andrew Wetzler, director del Programa de Vida Silvestre del Consejo de Defensa de Recursos Naturales
Wetzler planta la existencia de 3 grandes pilares para luchar por la conservación de los elefantes:
- Leyes. Como esta impuesta por China y otras que existen en “países de paso”, como Estados Unidos.
- Su aplicación. Hacer válidas las normas para contrarrestar el tráfico ilegal de especies, en concreto, de marfil.
- Demanda. Sensibilizar a la población, crear consciencia sobre lo que ocurre con estos animales.
Aunque es más conocido el trabajo que se realiza sobre los rinocerontes y tráfico ilegal de sus cuernos, estrellas chinas que se unen a la lucha contra la cacería ilegal elefantes y el tráfico de marfil. Así como Jackie Chan lo hace con los rinos, el basquetbolista Yao Ching apoya la campaña a favor de la conservación de los elefantes.
Esta nueva disposición de China debe ser reconocida, valorada y aprovechada como una oportunidad de entender mejor el mercado negro del marfil. Hay que darles una oportunidad de actuar conforme a los hallazgos y, esperemos, pronto decidan apostar por una prohibición total del comercio de marfil.
Mientras tanto, se debería apostar por la sensibilización del mercado meta — pues al final, ellos harán al diferencia entre consumir más marfil o impulsar la conservación de estos hermosos animales.