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La lluvia no tiene porqué ser el enemigo de los ciclistas: el ejemplo de Copenhague

El proyecto de trincheras de aguas lluvia por debajo de las ciclovías aporta a la movilidad y al paisaje urbano.

Ya comenzó el otoño en el hemisferio sur y para quienes nos movemos por la ciudad en bicicleta puede que la lluvia sea nuestro principal obstáculo, ya que la tónica de muchas ciudades son las calles y bermas inundadas cuando hay precipitaciones.

Más allá de las precauciones que podamos tomar para pedalear seguros esos días -como usar ropa reflectante, sacar el óxido de la bicicleta y bajar la presión de las ruedas para que éstas tengan mayor superficie de agarre, entre otras medidas-, la principal responsabilidad recae en las instituciones encargadas de la planificación y movilidad urbana.

En cuanto a la adaptación al clima Europa lleva la delantera en el mundo, donde destaca la Gestión de aguas pluviales y de pistas para bicicletas desarrollada en Copenhague. El sistema de alcantarillado de Dinamarca ha quedado rápidamente obsoleto debido a las inundaciones por las crecidas del mar y las fuertes lluvias que se han acentuado con el cambio climático.

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Copenhague ha desarrollado un completo Plan de Adaptación al Clima, haciendo de la adversidad una oportunidad para el desarrollo sostenible. Calles con más vegetación y las creación de embalses para evitar el desbordamiento de las aguas pluviales son elementos fantásticos para el paisaje urbano.

 

El proyecto en favor de las bicicletas ha sido desarrollado por  el arquitecto Steve Montebello, de Copenhagenize Design Co., y consiste en la creación de trincheras de agua de lluvia de gran volumen por debajo de las ciclovías, con un sistema de drenaje que llega al mar.

En la superficie, lozas de hormigón prefabricadas soportan el peso de miles de bicicletas e incluso el de vehículos motorizados que pasen por las intersecciones. Éstas también llevan incluidas luces LED para una mayor visibilidad de los ciclistas y reducen al mínimo el riesgo de baches y necesidad de mantenimiento. Las lozas pueden ser reemplazadas individualmente si se deterioran.

El diseño permite una cantidad máxima de rejillas de drenaje a fin de que toda el agua en cada punto puede llenar fácilmente en las trincheras de concreto.

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