El pasado 25 de marzo se inició la conferencia sobre Comercio Ilegal de Especies Silvestres en Kasane, Botsuana, evento que contó con representantes de la Unión Europea, Estados Unidos y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
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A estas autoridades, organizaciones indígenas de todo el mundo llamaron a reconocer su “derecho a caza” y que esta no sea criminalizada bajo el nombre de “caza furtiva”, puesto que gran parte de ellos son encarcelados, golpeados y torturados por patrullas antifurtivos. Ejemplo de esto son los de los “pigmeos” Bakas en Camerún y los “pigmeos” Bayaka en la República del Congo.
Lo mismo pasa en Botsuana, donde las tribus sólo tienen derecho a cazar dentro de la Reserva de Caza del Kalahari Central.
“Es absolutamente irresponsable que los conservacionistas y los políticos hagan un llamamiento para endurecer la aplicación de la ley en contra del ‘furtivismo’ sin reconocer claramente que los cazadores de subsistencia indígenas y tribales, de hecho, no son ‘furtivos” aseguró Stephen Corry, director de Survival International.
No se trata de un problema de semántica; los cazadores indígenas y tribales están siendo sistemáticamente arrestados, golpeados y torturados por “caza furtiva” y esto sucede porque los conservacionistas no están respaldando los derechos de los pueblos indígenas y tribales. Si a los delegados de la Conferencia de Kasane les importara un ápice las vidas de las comunidades indígenas a las que más afectan sus políticas, reconocerían que los pueblos indígenas y tribales no deberían ser tratados como criminales cuando cazan para alimentar a sus familias.