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El licuado de rana y otras actividades ilegales amenazan la biodiversidad en Perú

En Perú, el tráfico ilegal de animales y la venta de licuados de rana se hacen ante los ojos de las autoridades. También ignoran la amenaza más grande para las especies de la región: el cambio climático.

Así como China tiene una alta demanda de cuernos de rinoceronte, escamas de pangolines, vejiga de totoaba, en Perú existe un remedio tradicional que amenaza a la población de un anfibio en específico: el milagroso licuado de rana.

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Esta bebida promete una mejora en la salud. La buscan como afrodisiaco, para resolver problemas de fertilidad, anemia y dolores de pecho. Se ha hablado de ello en reportajes internacionales, hasta fue mencionado en un episodio de la serie Taboo de National Geographic Channel.

Parece irreal, impactante, que se prepare este tipo de brebajes en plena luz del día, en un lugar conocido por todos, sin que exista una consecuencia o que cierren los establecimientos para siempre. Desafortunadamente este licuado de rana es sólo una pequeña parte del tráfico de animales que ocurre en el mercado, en medio de una ilegalidad encubierta.

BBC en español publicó un reportaje titulado Los batidos ilegales de rana en Perú que prometen mejorar tu salud, donde Linda Pressly — enviada espacial — narra todas las actividades que se realizan en el mercado de Belén, en Iquitos, la ciudad más grande de la Amazonia peruana.

Ahí se puede encontrar mucho más que un licuado ilegal de rana. De la misma forma, a plena luz del día, se venden crías de caimán negro, loritas pico negro, manatíes del Amazonas, tortugas matamata, micos bebeleche, además de anfibios, otros reptiles, muchos de ellos en peligro de extinción. Todo disponible para comercio doméstico e internacional.

La policía ecológica realiza redadas de manera regular, sin embargo, los hallazgos no pasan de 5 a 6 animales confiscados, una multa o 24 horas de detención. Al poco tiempo, la persona vuelve a abrir su puesto y a infringir la ley. En su mente, los animales están ahí a su disposición.

Si las ranas desaparecen, desaparecen. Mientras las tengamos, podemos ayudar a la gente con esta bebida. ~Vendedora de batidos de rana

En Perú, cuenta Pressly, existe el comercio legal de animales silvestres. Comunidades indígenas, en la región de Loreto, crían tortugas y pecaríes destinados a la exportación. Esta actividad les ofrece un ingreso, una manera de subsistir, y la posibilidad de participar en la conservación de estas especies.

Por otro lado, comunidades pobres de la Amazonia peruana recurre al comercio ilegal de especies amenazadas y en peligro como una forma de ganarse la vida. Dado a que la ley aparentemente es muy laxa, la recurrencia es casi inevitable.

Además de la amenaza que representa este tipo de actividades, existe una más grande que se está pasando por alto. De acuerdo con Richard Bodmer, biólogo británico que vive desde hace años en Iquitos, el cambio climático es un tema ignorado que podría pasar una factura muy grande: el cambio climático.

Este año, dos millones de animales morirán a causa de las inundaciones […] Veo grupos que vienen aquí y que quieren cerrar todo en el mercado de Belén, mientras sus países — como Estados Unidos — están produciendo todo el dióxido de carbono que está matando a dos millones de animales.

Así las cosas en Perú, donde nadie teme a las consecuencias del tráfico de especies y se ignora los efectos del cambio climático en la biodiversidad endémica. Donde las autoridades logran cerrar una tienda y, al mes, vuelve abrir. Sin duda un llamado de atención al pueblo peruano y a sus autoridades.

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