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La historia comenzó en 2011 cuando el hombre recorría la playa. En un momento logró percatarse de que en la costa yacía un pingüino magallánico empapado de petróleo al borde de la muerte. João sin dudarlo un segundo tomó al animal y lo limpió. Después de varios días de cuidarlo y alimentarlo, verificó que el ave podía volver a emprender rumbo. Sin embargo, a la hora de lanzarlo al mar, el pingüino regresaba una y otra vez al hogar del anciano. Simplemente no se quería ir. Al parecer, el animal se sintió tan cómodo con su cuidador que prefirió quedarse en la playa con él, a pesar de ser un animal más acostumbrado a los climas fríos más que a las calurosas costas de Brasil.
Así fue como ambos forjaron una linda amistad que dura hasta el día de hoy. Si bien Din Din se aleja por largo tiempo de su hogar en busca de comida, siempre vuelve al par de meses para saludar a la persona que lo salvó de la muerte.
Para revisar el video de la historia completa -en portugués- ingresa a este LINK.