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Un mono araña cuesta 10 fusiles AK-47 en el mercado negro mexicano

El contrabando de especies se posiciona como la tercera forma de comercio ilegal en el país.

Así como el tráfico de drogas y de armas son prácticas que dejan sus ganancias, el comercio ilícito de animales también se posiciona como algo rentable. Resulta atractivo más aún en países que poseen una gran diversidad de fauna como lo es México.

Por lo mismo, los animales en dicho país se encuentran en peligro. En cuanto a cifras globales según la World Wildlife Fundation (WWF) anualmente se ofertan 5 millones de aves vivas, 10 millones de unidades de piel de reptil, 15 millones de mamíferos y 350 millones de peces tropicales.

El contrabando de especies es uno de los crímenes más lucrativos del mundo y si se considera que México posee el 10% de todas las especies registradas en el planeta, la amenaza es altísima.

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Dentro de las más traficadas se encuentran las tortugas, iguanas, peces, serpientes y pericos. Aunque es casi imposible cuantificar la real dimensión de este tipo de delito, se sabe que la mayor parte de los animales que entran en el mercado ilegal son extraídos directamente de la naturaleza.

Para hacerse una idea de la dimensión de las ganancias en el mercado negro, un borrego cimarrón cuesta 5 millones de pesos mexicanos que equivalen a casi tres kilos de metanfetamina pura en Estados Unidos, y un mono araña cuesta 150 mil pesos, es decir el mismo valor que diez rifles AK-47 (el más vendido en el mundo).

Algo que puede explicar por qué el país azteca tiene al tráfico de especies como la tercera forma de comercio ilegal es su afición de poseer especies de la fauna silvestre como mascota. Una realidad cultural que los ha acompañado por años.

A esta amenaza se suman la gran deforestación que sufre el país, posicionándose como el segundo en Latinoamérica, y también cuenta con 475 especies en peligro de extinción y 895 amenazadas.

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