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Autos ecológicos: Una opción sustentable y económica

Los autos eléctricos son el futuro del transporte sustentable, pero no todos pueden acceder a ellos. Sin embargo, hay empresas que ya están desarrollando vehículos de bajo costo.

La vida en la ciudad está cada vez más saturada a causa del exceso de autos que circulan en las calles, lo que se traduce en contaminación auditiva y ambiental.

De acuerdo a una encuesta realizada por el Ministerio del Medio Ambiente de Chile, ha indicado que la mayoría de los chilenos – más del 64 por ciento – está preocupado por la contaminación atmosférica, aunque esto no significa que el parque automotriz haya disminuido.

De hecho en la encuesta de este año, la entidad reveló con preocupación que el uso de automóviles aumentó ocho puntos porcentuales respecto al año pasado, llegando al 33 por ciento de las preferencias de transporte entre los chilenos. La causa de esto es la irrupción de los city cars – más económicos y aptos para el traslado diario  y las deplorables condiciones que entrega hoy el transporte público en Chile

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En tiempos de mayor conciencia medioambiental y de los evidentes efectos del cambio climático, es imprescindible que los países contribuyan en políticas públicas para promover el uso de transporte público, que es la clave para disminuir el parque automotriz y bajar los índices de contaminación.

Según datos del Banco Mundial, Brasil, Perú y México, son los países líderes de Latinoamérica en este aspecto. Nuevos corredores de buses en México, construcción de más líneas de metro en Lima y mejoramiento de los trenes en Brasil, son solo algunos de los proyectos que prometen mejorar la calidad de vida de sus habitantes y, de paso, incentivar el uso de otras alternativas limpias como la bicicleta.

Sin embargo, muchos se resisten a dejar de lado al auto, ya sea por un asunto de estatus social o por comodidad, por lo que han salido al mercado diversas soluciones que prometen bajo impacto ambiental y costo de mantención de acuerdo a la realidad económica de cada familia.

Los autos eléctricos aparecieron con bombos y platillos en las principales firmas del rubro, son efectivamente ecológicos, no están sujetos a la restricción vehicular que adoptan algunos países, no requieren una mayor mantención y en su mayoría se pueden recargar en casa u oficina. La piedra de tope siempre será su precio: desde 12 mil dólares en adelante,un costo que no muchos pueden pagar.

No obstante, hay empresas que están dando un paso adelante, creando nuevas tecnologías para entregar un transporte seguro, ecológico y a bajo costo en todos los aspectos.

Mandy, el auto “voltea cabezas”

Se dirige por una de las principales avenidas de Santiago y es visto con asombro por los transeúntes, pero no se trata de un fastuoso auto ni nada parecido. Es más bien similar a esos modelos “huevos” que se crearon en la década de los cincuenta, pero no funciona con combustible.

Se trata de “Mandy”, un vehículo triciclo creado en Chile con tecnología proveniente de China. La empresa a cargo de este innovador medio transporte es HR4BD , quienes indican que este auto no tiene nada que envidiar a las marcas de lujo:  funciona con electricidad, se recarga como si fuera un celular, puede llegar a alcanzar una velocidad máxima de 40 kilómetros por hora y no supera los dos mil dólares.

Patricio Castro, director de la empresa, indicó que este vehículo busca adecuarse a la realidad chilena y latinoamericana, es decir, un medio de transporte cómodo, de bajo costo y no contaminante:

Nuestro objetivo es dar una solución masiva, no nos interesa construir un vehículo de elite. Hay desarrollos en el país muy buenos, con tecnología de punta, pero se tratan de vehículos que te van a costar más de 12 mil dólares y eso es imposible en la realidad. Lo que se necesita ahora es un vehículo polifuncional, que pueda utilizarse de Arica a Punta Arenas.

Lo que más llama la atención, además de su precio, es su diseño y sobre todo su cúpula que permite proteger a los pasajeros del frío y la lluvia, lo que claramente es una ventaja comparando con la bicicleta.

Por otra parte Castro destaca que este triciclo es un “no vehículo”, es decir, se rige bajo la leyes de un ciclista ya que no alcanza la velocidad de un auto convencional a petróleo, por lo que no necesita carné de conducir ni pagar patentes. Sólo una mantención que ofrece la misma empresa:

Un vehículo como este demora un 12 por ciento más que una bicicleta, que es el medio de transporte más eficiente de la ciudad. En comparación con las micros que circulan en vías exclusivas, andan a la misma velocidad. Este vehículo alcanza los 30 kilómetro por hora. La ley nos permitiría construir hasta 40, sin pagar patente ni licencia de conducir y, además, sólo se requiere un casco ya que se aplican las normas de las bicicletas.

Mandy en la calle

Mandy tiene su ritmo y Patricio Castro presentía que no iba a ser aceptado por los furiosos automovilistas que con frecuencia descargan su ira con los ciclistas y peatones.

Sin embargo, en las primeras pruebas del vehículo, notó una positiva reacción de la gente, quienes literalmente volteaban sus cabezas para ver este nuevo prototipo de auto, le preguntaban sobre su efectividad o incluso les pedían un paseo:

Fue bastante sorpresivo porque pensamos que nos iban a insultar o nos iban a tirar el auto encima. Pero la gente se ha portado increíble, el vehículo se  comporta bien en general en la calle, tiene algunas cosas que estamos corrigiendo, pero los santiaguinos nos tratan increíble, los conductores del Transantiago son lo más amable que te puedes imaginar. Sólo los carabineros nos recuerdan que debemos usar casco, pero es lo único.

Un cambio a la sustentabilidad

Castro, quien es psicólogo de profesión y se dedicaba al área de recursos humanos en empresas, indica que “Mandy” es una de los tantos desarrollos sustentables que están creando en su empresa. Si bien confiesa, que no espera hacerse millonario, lo cierto es que ahora su principal motivación es seguir creando más innovación para cuidar al planeta:

Chile y el mundo necesitaba otras propuestas. Nos empezamos a dar cuenta que cuando se empezó a instalar el Transantiago y el negativo impacto que tuvo en las personas, dijimos que esto no va por un buen camino y se están tomando decisiones políticas sin considerar a la gente. Desarrollamos innovación para las personas, para sus vidas laborales y familiares, ya sea en el campo o en la ciudad.

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