Autoridades del gobierno peruano investigan la muerte de al menos diez mil ranas gigantes en el río Coata, que desemboca en el Lago Titicaca, en la frontera con Bolivia.
El hecho se produjo esta semana y, si bien, funcionarios del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) prefieren ser cautos en torno a las causas que habrían producido esta catástrofe, distintas organizaciones medioambientales apuntan a la contaminación del río Coata en la región de Puno.
Este organismo se trasladó a la zona afectada luego del aviso efectuado por el Comité de Lucha contra la Contaminación del río Coata, que señala además que no es la primera vez que un hecho de este tipo ocurre en el lugar.
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De hecho, los habitantes de Puno llevan varios años denunciando la contaminación del afluente, el que transporta importantes cantidades de agentes contaminantes como metales pesados e hidrocarburos provenientes de las empresas mineras cercanas.
“El lago Titicaca solía ser un paraíso, ahora no podemos utilizar el agua y nuestros animales mueren si beben”, señaló a The Guardian, Maruja Inquilla, dirigente del Comité de Lucha contra la contaminación del río Coata.
Lo ocurrido recientemente es grave debido a que la rana gigante del lago Titicaca (Telmatobius culeus) se encuentra en peligro crítico de extinción.
Por lo mismo se entiende la impotencia de los lugareños que no se sienten escuchados y urge así la necesidad de tomar acciones serias para evitar que siga la contaminación en este inónico lago de Sudamérica.