Incrementar por ingeniería climática la reflectividad de la superficie terrestre en áreas pobladas y agrícolas en América del Norte, Europa y Asia podría reducir temperaturas extremas hasta en 2-3 grados C.
Según un estudio publicado en Nature Geoscience, las modificaciones pasan un aligeramiento en la construcción de edificios, carreteras y otras infraestructuras en áreas de gran población y cultivos cambiantes y la adopción de prácticas agrícolas de no cultivo.
Para los autores de la investigación, de la Universidad de Nueva Galés del Sur, a diferencia de muchos otros métodos de ingeniería climática propuestos para enfrentar el cambio climático, muchas de estas modificaciones regionales ya han sido probadas y funcionan. Críticamente, este método tiene menos riesgos en comparación con la inyección de aerosoles en la atmósfera.
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“Las temperaturas extremas son donde los sistemas humanos y naturales son más vulnerables. Cambiar las propiedades de radiación de la tierra ayuda a abordar este problema con menos efectos secundarios”, dijo el Director del Centro de Excelencia ARC para Extremos Climáticos, el profesor Andy Pitman.
Por el contrario, otras formas propuestas de ingeniería climática a gran escala, como pulverizar aerosoles de sulfato en la atmósfera, fertilizar el océano con hierro e incluso construir espejos gigantes en el espacio, tienen una eficacia cuestionable y es probable que alteren los sistemas climáticos de formas inesperadas. Podrían empeorar las situaciones en algunos países. Con información de ecoticias.com