Colombia

Migrar a México y ser exitoso: LaValentina Design tiene la clave

Valentina Giraldo Henao cuenta cómo fue su experiencia como migrante para crear una de las mejores agencias creativas de Colombia.

Valentina Giraldo Henao
Valentina Giraldo Henao

LaValentina Design es una de las agencias más importantes en cuanto a storytelling y desarrollo de contenido en Colombia. Pero su fundadora, Valentina Giraldo Henao, no la tuvo fácil a la hora de crear una plataforma tan grande. Al migrar a México, enfrentó lo que muchos que abren sus alas: el desarraigo, no contar con contactos. Contar con todo de ceros.

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NUEVA MUJER habló con ella sobre su historia de éxito.

¿Qué le diría a alguien para ser exitoso como usted?

Ahora que tengo su atención, claro que no hay para ser exitoso... o bueno, sí. Y es la suma inmensa de una cantidad de factores que se alinean para conseguir lo que uno se propone.

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¿Qué tuvo que hacer para llegar a México?

“¿Cómo hiciste? Para abrir mercado en México, en mi experiencia, hay que ser mexicano. Eso me escribió un colega en estos días y me hizo pensar cómo ha sido mi recorrido en este país del picante y cuáles han sido mis aciertos. Llegué a Ciudad de México el 8 de enero del 2021 y me tocó empezar de ceros. Me acuerdo con ternura, que entré al Airbnb que alquilé y me puse a llorar. Me di cuenta que estaba sola en un lugar completamente desconocido y sin red de apoyo.

Pedí una pizza a Domino’s porque fue lo único que me pareció familiar en la plataforma de Rappi, y eso me hizo darme cuenta del salto al vacío tan gigante que acababa de dar. Recién llegada, así me sentía; sola en el Zócalo. Jamás había visto así todo, tan vacío... pero hola, estábamos en pandemia.

¿Llegó completamente sola?

No sólo no tenía familia ni amigos para hacer planes y tener compañía, sino que tampoco tenía el network que me permitió empezar y crecer mi empresa en Colombia. En 2015, cuando decidí emprender antes de graduarme de la universidad, tenía muchas ganas, cero portafolio y cero knowhow… pero contaba con el 100% del network que llevaba construyendo durante toda mi vida a través de mi familia, colegio, universidad, amigos, conocidos, etc. Sí, esa red de contactos que llevaba años tejiendo y que me abrió las puertas para todo en mi país. Qué subestimada está esa capacidad de levantar un teléfono y tener del otro lado a la persona que uno necesita.

Pero México ha sido diferente.

Aquí, llegué con 6 años de portafolio y knowhow. Con una marca consolidada en Colombia. Con experiencias infinitas que me hicieron crecer y aprender de mis errores. Pero me faltaba eso que en Colombia siempre di por hecho.

Dicen que uno no sabe lo que tiene, hasta que lo pierde… y en mi caso, me tocó llegar a un país nuevo para realmente valorar el poder de la gente y las conexiones. Del valor del voz a voz, o el amigo del amigo que finalmente son los que me han ayudado a correr la voz de lo que hago.

¿Cómo hizo entonces para empezar a tejer esa red en un nuevo lugar?

Volviendo al cuento, lo primero que hice fue hacer un post en LinkedIn... sí, usé la red de trabajo y negocios para PEDIR AUXILIO y buscar conocer personas que pudieran estar interesadas en hablar conmigo de negocios, tomarse un café, o simplemente hablar de la vida. ¿Acto desesperado? tal vez sí, pero jamás me imaginé que esa acción definiría mucho del resto de mi vida en la ciudad. A ese post respondieron cientos de personas. Se volvió viral y hasta contraproducente diría yo, pues lo respondieron tantas personas que jamás pude hablar con todos.

De ahí salió mi primera amiga en la ciudad. Sofia Salas Ungar, a quien conocía de Bogotá pero no éramos cercanas. Ella me invitó a una comida, en el que después sería mi hogar durante un año y medio. Ese día conocí a varias de las que hoy llamo mis personas cercanas en CDMX.

Socializar les cuesta a algunos. ¿Cómo consiguió hablar con personas nuevas todo el tiempo?

Segunda gran decisión: decir a todo que sí. “Si voy, si me le mido, si pruebo. Si puedo.” Me sentía como Jim Carrey en ‘Yes Man’. Y tal vez de ahí salió la inspiración.

Esto fue clave en el camino. Dejar el NO en la casa. Ese NO característico de la comodidad de saber que uno está en un lugar que conoce, rodeado de personas que lo quieren y lleno de posibilidades. Pues esa zona de confort desapareció en el instante que pisé un país que no era el mío. Y con ella, desapareció la comodidad de escoger con pinzas a qué le decía SÍ. Lo peor que podía pasar; llegar a un lugar o situación que no me gustara, e irme.

Lo mejor: conocer gente increíble todo el tiempo. 99% de la veces, la experiencia ha sido la segunda.

¿Qué sentía que tenía para dar?

La mejor forma para conectar es buscar dar y no recibir. Hacerse la pregunta; ¿cómo puedo generarle valor a las personas con lo que ya tengo?... y entonces puse en práctica extrema la idea que me sembró Adam Grant (autor favorito de todos los tiempos), y es esa idea de pensar en dar antes de pensar en recibir.

Dar tiempo, dar contactos, compartir experiencias, conocimiento, ideas, planes, amigos... lo que sea. Ese pensamiento es multiplicador poderoso. Es soltarle al Universo lo que uno quiere que se le devuelva.

Entonces, 3 ingredientes indispensables para mí abriendo mercado en otro país son:

⦁ Perdamos el miedo a pedir apoyo a través de los canales que sea. Ese primer contacto PUEDE CAMBIARNOS LA VIDA.

⦁ “Donde fueres, has lo que vieres.” Decir que SÍ A TODO y aprender de la cultura, el país, la gente y los planes para entender cómo funciona esa nueva sociedad.

⦁ ¿Cómo genero valor a las personas que conozco? Pensar en dar antes de pensar en recibir.

Simple pero cierto. La verdad es que no tengo la receta para el éxito. Pero cada vez que me preguntan cuáles han sido sido mis aciertos en México, El network es lo más poderoso que poseo.

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